12/11/10

El intento ancestral

Llamado por aquel inmemorial sentido,

buscas el gran tiempo sacro, absoluto.

Te guía el edén del vasto silencio,

del bondadoso latido, del afecto santo.

Y en tu intento hallas el acierto,

con la ayuda del error te encuentras.

Reconoces un horizonte de altura.

Intentas entonces descubrir el fuego,

devoto de un fulgor originario

que encendiera tu amanecer.

También descifras la palanca,

para absorber aquella inteligencia de fuerzas

que te propulsara a desplazar lo inamovible.

Y la perfecta, mágica rueda,

para contraer el espacio y dotar de alas al tiempo.

Sí, la tribu, el rito, la siembra, el pan, el templo interior…

y un gigantesco vuelo hasta los genes y el cosmos.

Tu intento nada sabe de fronteras,

sólo veneras aquel lejano llamamiento,

desde que tribal te deslumbrara el relámpago.

Marcos Pampillón
2004

Marcos Pampillón

“El lenguaje común menciona cosas exteriores, por lo tanto ilusorias. La realidad habla por boca del Poeta”. Microcosmos. Silo, 1964.

Miradas y paisajes

July 24, 2006

¿Desde dónde miras?

¿Acaso desde la límpida cima del monte?

¿O desde la futilidad de la ordinaria vida?

Silencia tu ojo vulgar.

Abre el oído ancestral y depura la mirada.

Observa que miras con velos.

Observa el alud de ecos vivos

con que enturbias el mundo.

Hermana el silencio a tu mirada y reposa.

Aquieta el torrente de voces.

Tu mirada cae por la cascada de las cosas.

Arrecia el rojo y la curva, la textura y el estrépito,

el paladar y los aromas.

Frondosa selva objetal y corporal,

atractiva y dominante.

¿Acaso eres capaz de separar lo mirado de lo que mira?

Todo pareciera estar afuera,si no miras tu ojo, si no escuchas tu oído.

¿Qué castillos modelas con arcilla de aire?

¿Por qué te empecinas en que el dragón despeje tu senda?

Tu prisma se ablanda y deforma,y con él tu mundo.

¿Será que crees en espejismos?

Eleva el horizonte de la mirada,

para forjar el espacio curvo.

Sube al peldaño del silencio,

ingresa al presente por fraguar.

Remoto tropel invasor,

añosa armadura que robotiza tu hoy,

noria cruel que te esclaviza.

¿Será que has de transformar tus óxidos

en profusos manantiales,

tu pesadez en una gota ingrávida,

tu conformidad en rebeldía?

Marcos Pampillón
2003

11/11/10

Creaciones 1

Creaciones 2

Amor en la Almendra




Murmullos vegetales, gemidos y llamados.

Ha vuelto, y siempre estuvo allí,

el grito eterno del amor en la almendra.

Las ramas y las copas se abrazan y retuercen,

ardiente primavera

hace vibrar la hierba, el aire, la madera.

Te perdí y mi piel no responde

al llamado del árbol.

Fría y distante tendida en el silencio.

Te esfumaste lentamente,

como una nube que se va disolviendo

en caritas y ovejas.

Venido desde lejos surges como un nido azul.

Tus ojos somnolientos

parpadean sobre mi corazón.

Podría amarte locamente

y suplicar tus besos, tus manos dulces,

tu voz de profundo señor de los volcanes.

"Es otro amor", dice la sabia.

"No, es el mismo que se cambió de traje".

Esa mirada que nubló de nomeolvides el universo azul

se fue al aire,

y llenó de caricias nuestra alcoba con un sabor alado.

El tiempo empezaba de nuevo,

y te amo nuevamente.

Ena Riutort Cadot

El Funeral del bosque

por mi ventana veo pasar

los troncos milenarios,

derrotados, tendidos sobre camiones negros,

que zumban con sonido de avispas.

los inmorales han destruido otro bosque mas, dejando sin penumbra el nido del zorzal y la cueva del zorro,

al puma y al pudú sin protección alguna.

No hay bosque para guardar el aire,

no hay tierra para guardar el tesoro del hombre.

El hombre sin tierra, sin aire se enloquece.

Veo pasar el funeral del bosque
y siento que no podemos continuar así,

detrás vienen los niños
con ojos de miseria, han perdido las frutas
han perdido sus nidos

y siguen el cortejo buscando las ciudades,
los tarros de basura,

en los campos ya no ha quedado nada,
Es la hora final o el comienzo de todo?

¿Adonde van los troncos?

a llenar bolsillos inmorales.

Veo pasar el funeral del bosque

y siento que este es el día

para iniciar la nueva tierra.

Ena Riutort Cadot

El día final


El día final antes de comenzar la historia.

El día final fue escrito en la arcilla del norte

Y en la roca del sur.

Fue escrito en la arena de oriente

Y en nieve del ocaso americano.

Fue escrito antes de comenzar la historia.

El Sabio vino y habló sobre los cuatro mares,

Las cuatro cordilleras, las cuatro selvas

Y los cuatro dioses: el negro, el amarillo, el rojo

Y el blanco dios de enero.

Y el eco de su voz retumbó silencioso

Debajo de la tierra.

Allí pudieron escucharlo los hombres de la tierra,

Pero lo olvidaron.

Habló el primer día.

De la vanidad y la codicia habló,

Incitó a los hombres a subir a las cumbres

Más simples de la tierra, a dejar los deseos

Abandonarlos, como piel reseca, como piel inútil.

Habló de la alegría,

De las absurdas culpas, de la triste mirada

Y de tanto afán innecesario.

Arrojó la esperanza, desde arriba,

Pero no lo escucharon

O pronto lo olvidaron.

Con la suavidad de la brisa,

Con la fuerza del agua , fuerza que nada puede detener,

Siguió con humildad diciendo al hombre

Cual era su destino.

Y ese fue el primer día.

Muchos millones de millones ,siglos estelares,

Transcurrieron y ese fue el final del primer día

Entonces todo empezó porque venía el dios americano.

Ena Riutort Cadot


Cuatro días de Nada


Tu no estás, te vi subirte al tren

Sin notar que me estabas dejando sin alma,

Como siempre.

Y pasarían cuatro días sin brillo ni nostalgia,

Cuatro días de nada.

Hago el amor, leo la naranja mecánica,

Vuelvo a hacer el amor y lavo mil pañales,

escribo informes descarriados, desarrollo protestas,

y me dedico a la ardiente mermelada de mora.

Los chicos de la escuela se vuelven peligrosos,

rompen las ventanas para trepar

a la olorosa copa del rosado damasco,

que impregna de sabores sus boquitas hambrientas.

Bajo la sombra tendida sobrellevo la tarde

De un verano reseco,

en este pueblo de dura cordillera.

Sumerjo a mi niña en la frescura,

En el canal que cruza por los huertos.

Ella alcanza a tocar el fondo con sus manos,

Misterioso tapiz de algas oscuras,

Y ríe entusiasmada sin que yo pueda

Compartir su alegría.

Todo es igual, todo se teje cada día

Con la misma puntada,,

En esta vida simple de maestra pequeña.

Pero el aire del norte

Golpea en el recuerdo, gira la tarde,

Manos indiscretas abren el calendario

y me señalan cuatro días.

.

Los tigres se despiertan,

Todo se va llenando de aventura,

Tu llegarás mañana y habrá tanta diversidad,

Tanto matiz que no podré contener

En mi pequeña cuenca provinciana.

Ena Riutort Cadot

Poemas de Ena Riutort Cadot

El Canto Nuevo

Desde el helado sur del mundo

donde el agua hace adornos y bordados,

y a veces, suspendida en puñales

acecha allá en la altura,

donde las araucarias se lanzan a las nubes

desde hace diez millones de años.

De pie en este verde sur de cielos dulces,

de nubes de algodón profundo,

con el viento puelche surcándome la cara

trayendo signos raros de cordillera antigua

me acerco reverente a mis hermanos

para cantar con palabras benditas,

para elevar un canto de esperanza.

Seremos cada día más los que cantemos.

Los dioses nos hablan con voces cantarinas

Nos llaman susurrantes a las nuevas canciones.

Y dicen:

¡Únete a los poetas¡

que tienen la fuerza de lo suave.

que son la débil brisa que acaricia la roca,

y la disuelve.

¡Únete a los poetas¡

Viaje interior

Fernando Aranguiz



Mañana transparente y calma

con sonidos cristalinos

de murmullos subterráneos

y reflejos silenciosos.

La tierra se humedece

al sumergirse en la claridad

mientras las aguas suben al cielo

transformándose en nubes

que retornan a su origen

Así subo hasta las estrellas

para bajar y sumergirme

en las profundidades de mi alma

Cuando asciendo llevo conmigo

la tierra dulce de la cual salí.

Siempre que bajo, llevo en mi frente

los sonidos y colores luminosos

de las alturas a las que accedí.

Febrero 2005

poemas de RUDOLF STEINER


PRIMAVERA

El rayo solar,
Refulgente de luz,
Se aproxima flotando.

La novia flor,
conmoviéndose en color,
le saluda jubilosa.

Lleno de confianza,
relata el rayo
a la hija de la tierra,
como las potencias solares,
brotadas del espíritu
en la morada de los dioses,
escuchan el sonido del mundo.

La novia flor,
destellando en color,
presta atención, pensativa
al llameante sonido de la luz.

VERANO

¡ Observa la planta !
es la mariposa
encadenada a la Tierra.

¡Observa la mariposa!
Es la planta
liberada por el cosmos.


OTOÑO

El cuerpo de la Tierra,
que aspira en pos del espíritu,
palpita en el marchitar.

Los duendes de las semillas,
en las sustancias contraídos,
van cobrando pujanza.

Y del calor, los frutos
desde las lejanías del espacio,
vitalizan la existencia terrestre.

Los terrenales sentidos,
que en lo profundo penetran,
contemplan lo porvenir,
en la creación de las formas.

Las entidades del espacio,
que alientan en lo eterno,
dirigen su mirada, sosegadamente,
al tejer de la tierra.


INVIERNO

Contempla el sol
a la medianoche.
Con piedras edifica
En el suelo sin vida.

Descubre así en el ocaso
y en la noche de la muerte
el nuevo inicio de la creación
el joven poder de la mañana.

Deja revelarse las alturas
del eterno Verbo de los dioses,
pues han de amparar las honduras
el placido cobijo.

Viviendo en lo oscuro
Genera tú un sol.
Tejiendo en la materia
Descubre la gloria del espiritu.